La Reconquista de Occidente en el siglo XXI

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Coronación por el papa León III del emperador Carlomagno considerado «el padre de Europa» el día de Navidad del año 800 en Roma. T. Friedrich Kaulbach, 1861, colección Maximilianeum, Munich.

La decadencia de Occidente, la autodestrucción de su civilización

La ideología del «buenismo» y la «corrección política» rechaza la civilización occidental, que ha pasado a ser el enemigo número uno, y no tiene precedentes en la Historia. Ninguna civilización ha proyectado una doctrina tan poderosa dirigida a su autodestrucción, es el producto del posmarxismo cultural y de la secularización de la sociedad.

Stanley G. Payne

Occidente se encuentra en un momento crucial, y Europa, reducida a una rama de Occidente, está según prestigiosos historiadores en una situación terminal: se niega a sí misma y está inmersa en un suicidio ético y cultural, así como biológico, consecuencia del anterior. La crisis actual de Occidente, tiene sin duda una larga trayectoria pero en ella es esencial la influencia desde el siglo XX de las ideologías de origen marxista, englobadas hoy en día en el denominado marxismo cultural, que se están imponiendo de modo totalitario en regímenes considerados democráticos. 

Los postulados de la ideología neomarxista del PENSAMIENTO ÚNICO de la «corrección política» – que incluye el “derecho al aborto” y la ideología de género –, aun perteneciendo al ámbito político, se aplican a todos los aspectos de la cultura y la sociedad.

La incorporación del aborto como derecho de la mujer en las legislaciones y su amplia aceptación social está en el origen de la acelerada decadencia moral y cultural de Europa, en donde cada año se eliminan legalmente en la UE y el Reino Unido en torno a 1.200.000 vidas humanas, de ellas 100.000 en España, que en el periodo 1985-2020 suma 2.545.017 víctimas. La manipulación del lenguaje y de la verdad se inicia con el aborto, que pasa a ser definido como “interrupción voluntaria del embarazo”, y quitar la vida al ser concebido pasa a ser un “derecho”.

La ideología de género trata de destruir la base antropológica en la que se asienta nuestra sociedad y se implementa según una agenda internacional impuesta por activistas e instituciones como la ONU o el Parlamento Europeo. Su meta es lograr una sociedad sin clases de sexos, implantando la indiferenciación sexual por medio de la deconstrucción del lenguaje, de la relación familiar, la reproducción, la sexualidad y la educación. Lleva a la crisis de identidad de las personas, como señalan pediatras y científicos, con evidente repercusión en el ámbito social, político, educativo. Frente a la ideología de género, que pervierte la realidad y fomenta la desintegración de la persona, la naturaleza humana y la dimensión cultural se unen en un proceso amplio y complejo que constituye la formación de la propia identidad femenina y masculina.

La denominada ‘perspectiva de género’ es normativa, imperante, y cada vez más intolerante. Se cumple la profecía de Tocqueville sobre la degeneración de la democracia: “el despotismo democrático dejará de lado el cuerpo de los ciudadanos para ocuparse y apoderarse de su conciencia, y degradará a los hombres sin atormentarlos”.

Mediante las leyes y la manipulación del lenguaje se desarrolla en Occidente una fuerte ingeniería social para cambiar las ideas y las costumbres, y crear una sociedad que pone en crisis la vida misma y lleva a la destrucción de nuestra civilización, que es el objetivo. Por ello se impulsa el multiculturalismo derivado de la inmigración musulmana, que se promueve como una aliada en la destrucción.

La reconquista de la civilización europea

Pero hay reacciones, en la sociedad civil y en la política, en el ámbito cultural y en el religioso, es un movimiento no coordinado pero amplio de resistencia y alternativa que busca recuperar la identidad de Europa en base a sus cimientos cristianos. Se trata de ‘minorías creativas’ en el sentido del influyente historiador A. Toynbee, “las civilizaciones se desarrollan superando retos, cuando las minorías creativas idean soluciones que reorientan a toda su sociedad, obrando como fermento de la misma”.

Debe contemplarse la situación actual con sentido de la historia, analizando adecuadamente la autodestrucción que se produce y viendo al mismo tiempo todas las acciones que se desarrollan para cambiar el rumbo como parte de un proyecto único de regeneración de la civilización Occidental. Hay que considerar así todo lo que desde la política y la sociedad va en la dirección de restablecer las raíces cristianas de Europa y para recuperar los grandes principios y criterios de la moral social, esencialmente el respeto del derecho a la vida, en suma su identidad.

En esta dirección, dos países, Polonia y Hungría, se sitúan en vanguardia, pero asimismo existen movimientos inconformistas culturales y políticos en otros países de la UE, también en España, donde un nuevo partido parlamentario plantea la batalla cultural al neo marxismo y sus ideologías. En el ámbito social destacan Francia e Italia, con numerosos y destacados intelectuales en la ‘resistencia cultural’.

Campaña en Polonia por la Vida. Febrero 2021

En el ámbito del pensamiento y la sociedad, el escritor italiano Antonio de Felip, en su reciente artículo Nuevas páginas de libertad desde Francia. Una historia con raíces profundas, repasa la historia de las ideologías en Francia y de los movimientos culturales inconformistas, hasta llegar a la situación actual. En la época más próxima, en la década de 1970, nació la Nouvelle Droite de Alain de Benoist, todavía viva, con su think tank GRECE (Groupement de recherche et d’études pour la civilisation européenne) apoyada por otros intelectuales, y destaca que hoy, la cultura ‘inconformista’ (el término ‘cultura de derecha’ es estrecho para un fenómeno intelectual más complejo) está muy viva y combativa en Francia. El globalismo, la destrucción de las soberanías, la inmigración islámica, el ‘Gran Reemplazo de los pueblos’ que está en curso, la dictadura de las grandes finanzas son los elementos que han hecho emerger nuevas sensibilidades intelectuales, con autores también provenientes de la izquierda.

Estos autores, señala De Felip, no tienen una vida fácil en Francia – como tampoco en Italia –, el mundo liberal y de la izquierda ha implementado una ocupación sistemática de las instituciones culturales: escuelas, universidades, medios de comunicación, editoriales, etc. Se aplica un activo convenio contra quienes no se adhieren a los dogmas imperantes. Las leyes se utilizan como arma contra cualquier opinión no conformista o revisionista. Editores de revistas, como Valeurs actuelles, escritores como Éric Zemmour y Michel Houellebecq (este del mundo de la izquierda) han sido llevados a los tribunales con las habituales acusaciones de “racismo” y «discurso de odio», con las inevitables secuelas de un boicot de las editoriales y de los medios de comunicación.

A pesar de la represión cultural, y aún más, el frente identitario, soberanista y antiinmigración, está plagado de nombres de intelectuales, muy diferentes entre sí, que plantean la batalla cultural en defensa de la civilización europea, contra la invasión islámica, la corriente de la cancelación, la disolución de los valores del derecho natural y de la familia, y la dictadura del relativismo. Entre otros, el citado Éric Zemmour, Robert Ménard, Richard Millet. Dos libros de autores que se inscriben en esta ‘resistencia cultural’ francesa han sido publicados recientemente en italiano y glosados en el artículo de De Felip. Se trata de Católicos e identitarios. De la Manif pour tous a la reconquista deJulien Langella (2017) y ¡Coraje! Manual de guerrilla cultural de François Bousquet (2019).

En Católicos e identitarios. De la Manif pour tous a la reconquista, Langella lanza un llamamiento de resistencia total y reconquista cultural contra quienes quieren redibujar los contornos de la humanidad. El autor muestra el vínculo entre el mensaje cristiano y la lucha por la identidad. La portada elegida es significativamente una imagen de la Reconquista española contra la invasión musulmana con su adalid el apóstol Santiago.

Julien Langella fue cofundador de Génération Identitaire en 2011, asociación que ha impulsado numerosas manifestaciones y acciones contra la inmigración ilegal y por la defensa de la identidad francesa y europea; tras una larga persecución judicial, el régimen de Macron la disolvió por los habituales «delitos de racismo” en marzo de 2021. Ahora continúa su batalla con publicaciones y colaborando con Academia Christiana, asociación católica tradicionalista para la formación de jóvenes y “por la defensa de la Verdad, la Belleza y el Bien”.

El libro, en este tiempo de dictadura globalista, es una reivindicación valiente del derecho y el deber de defender la identidad religiosa, cultural, histórica. Aporta argumentos y datos para las polémicas con los sostenedores del caos, el desorden moral y el multiculturalismo; y al mismo tiempo, identifica los «principales enemigos» que quieren conducirnos a la homologación y al desarraigo: «La sociedad del consumo contra la fe y la familia»; «La inmigración masiva, resultado de la ideología globalista, la necesidad de una mano de obra servil alentada por el deseo liberal de abolir las fronteras, y el asistencialismo promovido por el Estado social». Langella coincide con otros autores en que “La actual afluencia de no europeos corresponde a un proyecto ideológico destinado a hacer desaparecer con el tiempo a los cristianos de Europa». El libro es una invitación a todos, valiente en el lenguaje y el contenido, a no rendirse, a luchar, cada uno según sus posibilidades y en su propio ámbito: «Donde haya espacios que ocupar, incluso una mínima posibilidad de ganar y un mínimo margen de maniobra, debemos estar ahí».

El segundo libro, ¡Coraje! Manual de guerrilla cultural de François Bousquet (2019), es casi un manifiesto que abre perspectivas concretas para nuestro tiempo, sujeto a reconectar con la ética europea de nuestros padres: coraje en todo. Sin él, no hay futuro. 

François Bousquet, periodista y ensayista, es editor en jefe de la revista Éléments y cofundador y director de La Nouvelle Librairie, inaugurada en París en 2018, en el corazón del Barrio Latino, convertida en un referente para la cultura francesa inconformista. 

En el prefacio del libro en italiano, Roberto Pecchioli deja claro el papel del libro “es un arma para blandir en la batalla civil, un libro de combate”. Y dice que necesitando ejemplos, modelos, héroes, Bousquet ofrece dos: Aleksandr Solzhenitsyn y Dominique Venner, este último, una de las figuras más eminentes y combativas de la derecha intelectual (“el samurái de Occidente»), se suicidó en 2013 en la catedral de Notre Dame en protesta por la decadencia culpable de la patria europea.

El análisis de Bousquet sobre el estado de la cultura identitaria tanto en Francia como en Europa, es realista, implacable: estamos dominados ideológicamente, somos culturalmente “subalternos”. [….]. A la luz del tratamiento mediático que se nos reserva, nosotros somos identitarios, franceses, europeos, un grupo social de rango inferior”.  Y aclara:Los cuatro medios que utiliza el sistema para descalificarnos son: 1) la invisibilidad, 2) la inferiorización, 3) la demonización, 4) la patologización”.  Y señala de donde proviene la tiranía:Este tirano es el izquierdismo cultural, los liberal-libertarios, el pensamiento único. Tiene sus informadores e inquisidores: rectores universitarios, directores de teatro, periodistas, magistrados y profesores, ”.  Sin embargo, no hay victimismo, ni resignación en Bousquet.

Todo el libro es un grito decisivo a la reacción, al rescate, a la reconquista. Hay un recordatorio de la lección de Solzhenitsyn: no vivir en la mentira, la fuerte llamada a ser una minoría intransigente. «Nosotros, los militantes, soldados políticos, intelectuales orgánicos, debemos ser la vanguardia inteligente de la mayoría silenciosa, de los alienados, […] prisioneros de una falsa conciencia que les hace balbucear palabras que no son las suyas». Y el terreno de la batalla es la cultura, la información. Debemos ocupar todos los resquicios que nos deja el régimen.

Son dos libros en suma, que contienen una llamada a la acción, que como destaca De Felip, va mucho más allá de la controversia política y la actualidad. Es una llamada metapolítica a la Civilización, a la Belleza. Se trata de dos obras instructivas e interesantes, pero que además son guías luminosas en la oscuridad del momento, y sobre todo, exponentes de un movimiento cultural inconformista en Europa y que, junto con otros hechos políticos y sociales positivos mencionados más arriba, son una muestra reconfortante de que el combate por la reconquista de la civilización Occidental está en marcha.

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