La Casa Blanca, Washington DC.
Donald Trump tomó posesión el 20 de enero de 2025 como 47º Presidente de los Estados Unidos en un segundo mandato tras su arrolladora victoria en las elecciones del 5 de noviembre, en una ceremonia que marcaba el traspaso de poder desde la administración demócrata de Joe Biden, un acto denominado Día de la Inauguración Presidencial.
El Presidente Trump comenzó a cumplir sus compromisos electorales firmando numerosas órdenes ejecutivas (OE). Son normas del Presidente como jefe del Ejecutivo que dirigen el proceder y la acción de las agencias y empleados federales. Al ser EE.UU. un país federal el Presidente sólo puede ordenar a los funcionarios que dependen de él o a las Administraciones y empresas que reciben fondos federales. Así mismo, las OE orientan las leyes y políticas federales.
Las primeras decisiones del Presidente Trump han merecido por su trascendencia interés mundial. Dado el tamaño de la economía estadounidense y su enorme influencia geopolítica, la política que se desarrolla tiene repercusiones que van más allá de las fronteras del país, y en particular cuando entra de lleno en la «batalla cultural»que, también se libra en Europa, contra el neomarxismo, el progresismo o wokismo, que pretende la deconstrucción de los cimientos de la Civilización Occidental.
La prensa progresista de todo el mundo ha criticado ferozmente el discurso del Presidente Trump y sus primeros gestos de sentido común: como la lucha contra la inmigración descontrolada o el rechazo de la ideología woke –que abarca desde el aborto al calentamiento global–, lo que Trump llamó «revolución del sentido común«, y que resonó con fuerza el Día de la Inauguración al afirmar: «A partir de hoy, la política oficial del Gobierno de EE.UU. es que solo hay dos géneros, masculino y femenino«.
Todo por lo que le votaron se está traduciendo en políticas ejecutivas. En sus primeros días en el cargo, Trump firmó más de 50 órdenes ejecutivas y canceló 78 decisiones de su antecesor demócrata. Fue su primera actividad en el Despacho Oval y una declaración de principios por la rapidez y las políticas abordadas. Varios de estos decretos, redactados por su equipo desde semanas antes, tendrán que ser confirmados o bien darán lugar a nueva legislación, y algunos se van a enfrentar a litigios en los tribunales por los afectados, pero la mayoría ya ha entrado en vigor.
La reversión del entramado ‘woke’
El compromiso electoral de Trump incluía de forma central actuar contra la decadencia política y moral de EE.UU. revirtiendo las destructivas ideologías de la izquierda. Y el apoyo obtenido expresó el rechazo de los estadounidenses a esas ideologías, asentadas sólidamente en sectores poderosos y el establishment, y a sus políticas radicales contra la vida, la familia y la libertad. A la decadencia moral se opone Trump, en la convicción de que EE.UU. no está condenado a un declive irreversible.
Desde el primer día de su mandato Trump ha aprobado un torrente de normas que van en la dirección de restaurar en EE.UU. la libertad, el orden natural, la razonabilidad y la protección de la vida y la familia. Se han derogado medidas pro-aborto, de ideología de género, de instrucción ideológica en la educación y la ingeniería social con experimentos «inclusivos».
El Presidente Trump firma órdenes ejecutivas en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 20 de enero de 2025.
En definitiva, el Presidente Trump ha iniciado su mandato restaurando el sentido común y desmontando «el sistema progresista o woke» inserto en las instituciones estadounidenses. Ha firmado docenas de decretos en un estadio deportivo ante miles de seguidores y luego en el Despacho Oval, delante de la televisión para manifestarlo ante todos sus votantes y el mundo entero.
A continuación, abordamos en este ámbito medidas significativas y que constituyen un referente mundial.
Restablecimiento de la libertad de expresión y de opinión
Lo primero que cabe destacar es el fin de la censura federal y el restablecimiento de la libertad de expresión y de opinión, protegidas por la Primera Enmienda de la Carta de Derechos de la Constitución de EE.UU. Se acaba así la dictadura de lo «políticamente correcto» impuesta por la Administración Biden sobre los grandes temas del debate público y que afectó también a la libertad religiosa.
Las órdenes ejecutivas: ’Dar fin a la utilización del gobierno federal como arma’ y ’Restaurar la libertad de expresión y poner fin a la censura federal’, tienen como objetivos abolir la utilización del gobierno federal como arma contra los oponentes, “corrigiendo conductas anteriores del gobierno federal de utilización de las fuerzas del orden y de la inteligencia como arma”, y proteger el “derecho del pueblo estadounidense a la libertad de expresión protegida por la Constitución”, prohibiendo a los empleados del gobierno federal participar en “cualquier conducta que limite inconstitucionalmente la libertad de expresión de cualquier ciudadano estadounidense”.
También se ha establecido reintegrar a los miembros de las Fuerzas Armadas que abandonaron o fueron licenciados por rechazar las vacunas experimentales contra COVID-19, contaminadas con el aborto. Recibirán el pago completo de los salarios atrasados, beneficios, bonificaciones o compensaciones, y podrán retornar a su rango anterior.
Protección de la vida naciente
La medida que merece atención especial por sus implicaciones éticas fundamentales y universales es el compromiso de proteger la vida naciente, materializado en varias órdenes ejecutivas y en el mensaje enviado a la Marcha por la Vida 2025 de Washington, asegurando que “defendería con orgullo a las familias y los derechos de los no nacidos”; el Vicepresidente Vance que asistió al evento prometió en nombre del Gobierno «trabajar para desmantelar la agenda del aborto». En su primer día como Presidente de EE.UU., Trump ordenó la retirada del país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que promueve el aborto en países en desarrollo y comenzó a desmantelar políticas pro-aborto instauradas por Joe Biden.
La primera decisión fue cerrar la web del Gobierno, ReproductiveRights.gov, que informaba sobre recursos para abortos. Fue instaurada en respuesta al fallo del Tribunal Supremo que en 2022 derogó la sentencia sobre el aborto en el caso Roe v. Wade, –que lo había reconocido como derecho federal en 1973–, y cuya legislación pasó a ser competencia de los Estados.
Adicionalmente, el indulto de 23 activistas pro-vida condenados a penas de prisión por manifestarse o rezar frente a clínicas de abortos. «No deberían haber sido procesados. Muchos de ellos son personas mayores. Es un gran honor firmar esto», declaró Trump a los periodistas presentes en el Despacho Oval en la firma. Trump lo anunció en la víspera de la Marcha por la Vida 2025, evento que desde 1973, recorre cada año Washington para protestar contra el aborto y promover una cultura de vida.
Joan Andrews Bell, una de los activistas pro-vida indultada, es entrevistada durante la participación con su esposo en la 52ª Marcha por la Vida en Washington D.C. el 24 de enero de 2025.
Tercero, el compromiso del Gobierno federal de «trabajar para desmantelar la agenda del aborto». El Vicepresidente Vance, que asistió a la Marcha por la Vida 2025 en Washington en su primer acto en el cargo, expresó el compromiso del Gobierno de «trabajar para desmantelar la agenda del aborto», y el Presidente Trump en su mensaje señaló: «observo con orgullo este movimiento, y nuestro vicepresidente, J.D. Vance, está ahí para representarnos con gran fuerza».
El Vicepresidente J.D. Vance interviene en el acto de la Marcha por la Vida, Washington D.C., 24 de enero de 2025.
Jeanne Mancini, presidenta de la Marcha por la Vida, que congrega cada año en Washington, DC, a miles de personas pro-vida bajo un frío intenso, celebró la presencia del vicepresidente en el acto en su primera aparición pública en su nuevo cargo, demostrando así su compromiso con la causa. Mancini reiteró los logros del primer mandato de Trump en este ámbito, y expresó su esperanza de que la colaboración siga impulsando «victorias para los niños no nacidos y sus madres».
52ª Marcha por la Vida en Washington DC el 24 de enero de 2025.
Como señaló Jeanne Mancini, tras la anulación del caso Roe v. Wade, que permite más libertad a nivel estatal para promulgar leyes pro-vida, el trabajo necesario para construir una cultura de la vida en EE.UU. no ha terminado (el número de abortos anuales es superior a 900.000, aunque se prevé que debido al fallo de Roe la cifra disminuya en torno a 200.000 cada año) y es preciso enfocarlo de modo diferente. Así se traslada a los Estados las batallas legislativas, incluida la de mantener la antigua protección de la Enmienda Hyde, que limita la financiación gubernamental para el aborto en los proyectos de ley de asignación anual. En todo caso, el objetivo de la Marcha por la Vida nacional (se celebran también en dieciséis Estados: Arizona, California, Colorado, Connecticut, Dakota N, Georgia, Indiana, Iowa, Kansas, Kentucky, Michigan, New Jersey, Ohio, Oregón, Pensilvania, Virginia) no es solo cambiar las leyes a nivel estatal y federal, sino cambiar la cultura para, en última instancia, hacer que el aborto sea impensable.
Se retira a EE.UU. de la Organización Mundial de Salud (OMS), a la que el país ha aportado en los años de Joe Biden un 18% de su presupuesto. Aunque el proceso de retirada de la OMS tardará un año, ha entrado en vigor la suspensión de transferencia de fondos (EE.UU. aportó en 2024,12 mil millones de dólares), y la retirada del personal del gobierno adscrito o contratado en la Organización. Esta decisión afecta a los fondos usados por la OMS para promover el aborto en todo el mundo, que suponen en torno al 11% del presupuesto anual a través del “Programa de Reproducción Humana” (PRH). También se suspende la actividad de la Agencia de Ayuda Exterior al Desarrollo (USAID), durante 90 días para realizar una evaluación de la misma, y por el momento ha trascendido que contando con un presupuesto billonario fue usada para causas inicuas, como influir en procesos electorales, desestabilizar a gobiernos conservadores o sobornar a periodistas, así como en la difusión del globalismo ideologizado en todo el planeta, lo analizaremos en un próximo artículo sobre la ofensiva del Presidente Trump contra el globalismo.
Se eliminan los subsidios federales al aborto. Derogando disposiciones de Biden, elPresidente Trump ha reafirmado la “Enmienda Hyde” que impide el uso del dinero de los contribuyentes para financiar abortos a nivel nacional, y ha restablecido la “Política de la Ciudad de México” que prohíbe la financiación federal de organizaciones internacionales que promueven el aborto en el extranjero, como “Planned Parenthood International” y el “Fondo de Población de la ONU”. La Enmienda Hyde, lleva el nombre del congresista republicano Henry Hyde de Illinois, su principal promotor, y entró en vigor en 1980. Ha sufrido cambios en su configuración desde su aprobación el 30-09-1976 por la Cámara de Representantes, con una votación de 312 a 93, y tuvo por objeto anular el veto de un proyecto de ley de financiamiento para el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HEW). Se estima que ha salvado más de 2 millones de vidas, pues antes de que se aplicase se realizaban anualmente 300.000 abortos con fondos federales. La medida representó un gran logro legislativo del movimiento pro-vida tras el fallo de la Corte Suprema de 1973 en el caso de Roe v. Wade., y está considerada la política pro-vida más impactante en la historia de EE.UU. La “Política de la Ciudad de Méjico”, fue anunciada por primera vez por EE.UU. en 1984, en la 2ª Conferencia Internacional sobre Población en Ciudad de México, lo que dio origen a su nombre.
EE.UU. se reincorpora a la ‘Declaración del Consenso de Ginebra’. El Secretario de Estado Marco Rubio ha vuelto a la ‘Declaración del Consenso de Ginebra’, declaración impulsada en 2020 por la Administración Trump durante su primer mandato, suscrita por 40 países del mundo. Contiene el compromiso de promover el respeto a la vida humana desde la concepción y la familia natural fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, así mismo reafirma la inexistencia de un «derecho internacional al aborto», y afirma que “tampoco existe la obligación por los Estados de financiar o facilitar el aborto». Trump ha retomado el protagonismo internacional en el ámbito de los derechos humanos auténticos y fundamentales.
Efectos inmediatos en la Administración. En aplicación del programa republicano los nuevos jefes de los departamentos gubernamentales están tomando rápidas decisiones. Entre ellas cabe destacar la que afecta al Departamento de Justicia, que dejará de usar de forma represiva para activistas pro-vida la Ley de Libertad de Acceso a las Entradas de Clínicas (Ley FACE), y sólo se presentarán cargos a quienes obstruyan ilegalmente el acceso en “circunstancias extraordinarias”, (se causen daños físicos o materiales). Además, Trump ha ordenado archivar tres casos de activistas pro-vida bajo investigación en virtud de dicha Ley por sus oraciones silenciosas ante ellas.
Una profunda reforma educativa y cese de la financiación federal para la reasignación de sexo en menores.
Detener la revolución progresista y más libertad educativa, los ejes de la reforma
Varias órdenes ejecutivas han iniciado un proceso de profunda reforma en la educación pública estadounidense, que sitúa como ejes de la misma: los derechos de los padres y la eliminación de las ideologías woke. Trump no puede prohibir la enseñanza de estas materias al tratarse de un sistema federal, y lo que hace es retirar los fondos públicos para apoyar su enseñanza.
La OE ‘Fin del adoctrinamiento radical en la educación primaria y secundaria’, niega la financiación federal a las escuelas públicas que enseñan la teoría de género y raza. Para la mayoría de las familias esto supone un regreso a la normalidad, según se señala en la disposición, puesto que la enseñanza de ideologías dañinas, discriminatorias y falsas a los niños no solo viola en muchos casos leyes de derechos civiles antidiscriminación, sino que usurpa la autoridad parental.
Los fondos federales a la educación irán destinados según otra disposición, ‘Ampliando la libertad y las oportunidades educativas para las familias’, a programas que faciliten la libertad de los padres.
El Presidente Trump muestra una orden ejecutiva en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 28 de enero de 2025.
Con la reforma educativa se está aboliendo la anomalía en las escuelas estadounidenses en las que los profesores, actuando como ideólogos, adoctrinaban a los niños en materia de género y raza, condenando en esta segunda cuestión a los blancos y por ende a la civilización europea como portadores de racismo histórico; y al exigir el reconocimiento del “privilegio blanco” se promovía la discriminación racial y socavaba la unidad nacional. Los profesores no alineados ideológicamente sufrían represalias, según la Fundación FIRE para los Derechos Individuales y la Expresión se han registrado cientos de casos de marginación, suspensión y despido de maestros “no alineados” en todos los niveles educativos.
Así mismo los profesores han ejercido de médicos o psicólogos alentando a la transición de género de los niños y el sometimiento a mutilaciones químicas y quirúrgicas sin el consentimiento de los padres.
Hay un compromiso electoral de abolir el Departamento de Educación y la previsión de que la gestión pase a los gobiernos locales o como máximo a los Estados, lo que creará un entorno más favorable para la libertad de elección en materia de educación y una mayor competencia de los centros. Una docena de Estados han implementado sistemas de “vales escolares”, que ayudan a las familias a elegir la mejor escuela para sus hijos.
Cese de la financiación federal para la reasignación de sexo de menores
La Orden titulada ‘Protección de los niños contra la mutilación química y quirúrgica’, prohíbe el uso de fondos federales para procedimientos de reasignación de sexo (incluidos los bloqueadores de la pubertad, la terapia hormonal y la cirugía) en menores de 19 años.
Se afirma en la disposición que el gobierno federal «no financiará, patrocinará, promoverá, ayudará o apoyará la llamada ‘transición’ de un niño de un sexo a otro» y que «las leyes que prohíben o restringen tales procedimientos deben aplicarse estrictamente». Contra los abusos establecidos, dice que «el Procurador General se coordinará con los Procuradores Generales de los Estados y los Fiscales de Distrito locales para hacer cumplir la ley y tomar las medidas apropiadas contra los maestros y funcionarios de las escuelas públicas que la violen al ejercer la medicina ilegalmente ofreciendo diagnósticos y tratamientos sin la licencia necesaria; o que de cualquier otra forma faciliten ilegalmente la transición social de género de un estudiante menor de edad».
El decreto pide a los organismos gubernamentales que revisen las políticas sanitarias basadas en datos de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH, en inglés), calificados de «carentes de integridad científica«, y ordena «la cancelación o modificación de todas las políticas basadas en las directrices de la WPATH», por considerar que «sus recomendaciones no se basan en estudios científicos sólidos y favorecen tratamientos experimentales con consecuencias irreversibles». Además, los programas federales de cobertura médica – como Medicaid o Tricare – deben excluir la financiación de procedimientos de reasignación de sexo en menores, a fin de «proteger a los niños de procedimientos médicos que podrían causar daños físicos y psicológicos irreversibles».
Revirtiendo la ideología de género
En la era Biden, los progresistas han buscado activamente erradicar la realidad biológica del sexo promoviendo la ideología de género y el transgenerismo, y reemplazarla por el concepto en constante evolución de ‘identidad de género autoevaluada’, pero el Presidente Trump ha actuado para acabar con la ficción de que se puede cambiar el sexo o género.
Tras su solemne pronunciamiento político y moral el Día de la Inauguración de la Presidencia estableciendo que «La política oficial del Gobierno de EE.UU. es que solo hay dos géneros, masculino y femenino», Trump ha aprobado diversas disposiciones para revertir la inserción de la ideología de género en las instituciones del país.
Aunque los demócratas en el Congreso no lograron incorporar la “identidad de género” a la Ley, Biden la impuso por decreto y su Administración la introdujo en las áreas financiadas o reguladas por el gobierno federal, entre ellas como se ha señalado en la educación y la promoción de la reasignación de sexo en menores. Según datos de la Fundación Daily Caller los médicos clínicos que se ocupan de cuestiones de género recibieron más de mil millones de dólares en subvenciones federales para sus experimentos de “transición de género” en niños.
Donald Trump elimina la identidad de género en el Gobierno federal y cancela los programas DEI
Hasta la fecha, el presidente Trump ha emitido cinco órdenes ejecutivas que apuntan directamente a la ideología de género (o su aplicación), así como varias sobre otras cuestiones que incluyen contenidos que van en contra de esa ideología. Se defiende la especificidad femenina y masculina, reafirmando la evidencia biológica de los dos sexos, y se busca fundamentar las leyes y políticas federales en la realidad biológica y acabar con la promoción federal de la ideología de género. Se prohíbe la financiación federal de los procedimientos de “transición” de género y rescinde todos los documentos de orientación del Departamento de Educación sobre ideología de género. Las agencias federales deben usar el término «sexo» y no «género» y los Departamentos de Estado y Seguridad Nacional garantizarán que los documentos oficiales, pasaportes y otros, reflejen el sexo biológico de los titulares. Los espacios de uso íntimo se designarán según el sexo biológico.
La primera Orden, ‘Defendiendo a las Mujeres del Extremismo de la Ideología de Género y Restaurando la Verdad Biológica en el Gobierno Federal , sienta las bases filosóficas y legales para órdenes ejecutivas posteriores. Define el sexo, rechaza la “identidad de género”, exige el término “sexo” en los documentos de identificación, protege la privacidad y la seguridad de las mujeres en las instalaciones penitenciarias y refugios financiados por el estado y da fin a la financiación federal de la ideología de género. Según un informe del New York Times, hay unos 1.500 prisioneros federales varones que se identifican como mujeres, y serán trasladados a instalaciones masculinas.
La segunda, es la ya citada, ‘Proteger a los Niños de la Mutilación Química y Quirúrgica, que pone fin a la financiación federal y la promoción de las cirugías transgénero en menores de 19 años.
Tercera, ‘Priorizar la Excelencia y la Preparación Militar’. En ella se señala el daño que la ideología de género ha causado en las Fuerzas Armadas, debilitando la preparación militar y la cohesión. y aborda los estándares de aptitud física y mental exigibles para el servicio militar, ordenando al Departamento de Defensa actualizarlos con las «restricciones médicas, quirúrgicas y de salud mental de las personas con disforia de género» y la «incompatibilidad de las personas transgénero». Además, aborda la cuestión de la integridad e indica que “la adopción por un soldado de una identidad de género incompatible con el sexo de un individuo entra en conflicto con el compromiso del militar con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado”.
Cuerpo de Marines de EE.UU.
Una Orden adicional, ‘Restauración de la Fuerza de Combate de Estados Unidos’, pone fin a los programas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) y a la promoción de la ideología de género en el Ejército, y en particular en las escuelas del Departamento de Defensa. También como ya se ha dicho, ordena reintegrar a militares que abandonaron o fueron licenciados por rechazar la vacuna COVID-19, y con pago retroactivo.
Según los analistas, a lo largo de los años del mandato de Joe Biden, la Administración demócrata convirtió el Ejército en un verdadero laboratorio para la aplicación de la cultura woke de cuotas, aceptación de transexuales y licenciamiento obligatorio de quienes se negaron a administrarse la vacuna experimental de COVID-19. Trump está decidido a darle la vuelta a todo eso.
La cuarta Orden, Fin del adoctrinamiento radical en la educación primaria y secundaria, antes citada, hace frente al “adoctrinamiento radical” en las escuelas públicas, que “socava el patriotismo, promueve falsedades sobre la naturaleza de la persona e ignora los derechos de los padres”. La disposición ordena a las agencias actuar para “poner fin al adoctrinamiento”, asegura la retirada de fondos a escuelas, programas y capacitaciones que promuevan “ideologías de equidad discriminatorias” o ideologías de género. Así mismo, refuerza los derechos de los padres al prohibir que las escuelas con fondos federales tengan niños “en transición de género” y establece que los centros educativos deben honrar y proteger los derechos de los padres.
La Orden más reciente, firmada el 5 de febrero, ‘Mantener a los hombres fuera del deporte femenino’, impide a los hombres biológicos competir en deportes femeninos: «Serán sólo para mujeres».
Se ha puesto fin así mismo en todo el gobierno federal a los programas de discriminación positiva de ‘Diversidad, Equidad e Inclusión’ (DEI), que primaban la identidad de género y la raza con tres normas: ‘Acabar con las preferencias y los programas gubernamentales radicales y despilfarradores de DEI’, que los declara como “discriminación ilegal e inmoral”; ‘Dar fin a la discriminación ilegal y restablecer las oportunidades basadas en el mérito’, y ‘Reforma del proceso de contratación federal y restablecimiento del mérito en la administración pública’, en las que se insta a las agencias federales a “combatir las preferencias, mandatos, políticas, programas y actividades ilegales de DEI en el sector privado”, y se establece que «la contratación de funcionarios públicos y la adjudicación de contratos de obras y servicios se basará en el mérito, y los empleados serán retribuidos y promocionados de acuerdo a la iniciativa individual, las habilidades, el desempeño y el trabajo duro». Terminar con DEI era una promesa electoral, y según encuestas una de las exigencias prioritarias de los votantes, junto al recorte de impuestos, la defensa nacional, atajar la inmigración ilegal y reducir el gasto gubernamental.
Restableciendo la verdad en la política federal
Sobre el alcance e impacto de las medidas del Presidente Trump para revertir la ideología de género en EE.UU., cabe referirse al Informe de Farnan, T; Kniffin E, y Rice M. del Ethics and Public Policies Center. En él se señala que el rechazo a la ideología de género en una serie de órdenes es más que una declaración política puesto que expresa el compromiso de poner la verdad en el centro de la política federal.
El eje de las reformas ha sido la Orden Ejecutiva llamada del Día Uno, que repudia la afirmación fundamental de la ideología de género, a saber, que la «identidad de género» («una sensación interna, fluida y subjetiva de uno mismo, no vinculada a la realidad biológica») prevalece sobre «el sexo” (característica biológica inmutable). Según esta ideología, un hombre que se cree mujer en realidad “es” una mujer y puede exigirlo a los demás, pero ahora la primera Orden de Trump repudia esta visión.
Dicha Orden afirma que “basar la política federal en la verdad es fundamental para la investigación científica, la seguridad pública, la moral y la confianza en el propio gobierno”. Su lenguaje refuerza este punto, al retomar los conceptos de “verdad” y “realidad” junto con adjetivos como “incontrovertible”, “inmutable” y “fundamental”, mientras que la ideología de género es calificada de “inventada” y “falsa”. Revirtiendo la política de Biden, se exige que los documentos gubernamentales reflejen la verdad de que una persona es inmutablemente hombre o mujer desde la “concepción”. Así que ya no habrá más etiquetas “X” en los pasaportes y documentos gubernamentales. Al definir claramente “masculino” y “femenino”, “hombre” y “niño”, “mujer” y “niña”, “sexo” e “identidad de género”, se repudia las creencias fantasiosas de la ideología de género.
Como se destaca en el citado Informe, el impacto de estas órdenes ha sido enorme: son los primeros pasos en el objetivo de revertir la ideología de género que lleva décadas avanzando en EE.UU. Pero para derrotarla finalmente se requerirá una amplia implementación y un seguimiento cuidadoso de las medidas contempladas.
La reconquista del terreno cultural y moral devastado por el progresismo
Nuestro análisis se ha centrado en aspectos fundamentales de lo que se denomina « batalla cultural », un concepto que se refiere a la confrontación sobre elementos de la cultura social. Y hoy en día la batalla es contra las ideologías neomarxistas englobadas en el progresismo o wokismo –que se inscriben en el pensamiento único de la « corrección política »– y el globalismo, que pretenden cambiar los fundamentos morales y culturales de la sociedad occidental. En esta lid se dilucida la visión del mundo que los hombres mantienen y los principios y valores sobre los que se estructura la sociedad. La batalla cultural tiene como correlato la batalla política, y actualmente la libra la denominada « Nueva Derecha », una derecha radical, ya que la derecha clásica ha asumido en buena parte los postulados progresistas (aborto, género, …), y se ha recluido en el economicismo. Es esta nueva derecha la que ejerce la resistencia al wokismo y al globalismo, y en ella han surgido políticos como Donald Trump en EE.UU. o Javier Milei en Argentina, que lideran el desplome del progresismo en sus respectivos países, en defensa de ‘la vida, la familia, la patria, la libertad, la propiedad’.
Han pasado tan solo unas semanas desde el inicio de la Presidencia de Donald Trump y con sus decisiones se está produciendo un cambio de paradigma en el mundo y se avanza en la reconquista del terreno cultural y moral ganado por la izquierda neomarxista woke en las últimas décadas. Los cambios que impulsa Trump contra ese entramado arraigado en las instituciones y la sociedad estadounidense y con su impacto mundial, es evidente que no se trata de un fenómeno superficial ni local, sino que se trata de un cambio en el paradigma universal. Sobre todo porque converge con una ola creciente de triunfos conservadores en Europa y en Hispanoamérica con Argentina.
Trump actúa con el mismo vigor y determinación de su reacción al atentado del 14 de julio de 2024, y muestra eficacia en desmantelar las ideologías izquierdistas en EE.UU. Para ello cuenta con el apoyo de 77 millones de ciudadanos y la mayoría parlamentaria, pero esto no garantiza un mandato pacífico, hay otro EE.UU. que odia los valores propuestos por el nuevo presidente y el enfrentamiento será duro.
Sin embargo, y a un nivel más global, lo importante es constatar que se resquebraja lo que parecía la hegemonía absoluta de la izquierda woke, en la política, los medios de comunicación y organismos supranacionales. Y aunque la batalla no está ganada, la esperanza ha renacido y se asume que hoy el gran reto político y moral es desmantelar el edificio ideológico del wokismo que tanto daño ha hecho a Occidente.
En las urnas, se está expresando una reacción con raíces muy profundas de los ciudadanos contra la revolución progresista que quiere borrar cualquier atisbo de la Civilización Occidental: el wokismo, el activismo transgénero y el fanatismo ecologista están empujado a los votantes a rebelarse. En EE.UU. se eligió a Trump, y a una mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso, precisamente porque prometieron poner fin a la revolución progresista que ha estado haciendo estragos en su país durante demasiado tiempo.
Analizando los nuevos escenarios políticos, el acreditado académico John Horvat, en un reciente artículo, afirma que no basta con oponerse a la revolución progresista, sino que es preciso recuperar las cuestiones morales más candentes, “es hora de reafirmar las cuestiones morales que han sido robadas por las agendas destructivas de la izquierda”. La regeneración de nuestra civilización atañe a la cultura y la moral, y para que sea auténtica debe reconectarnos con las profundas raíces de nuestra civilización que son las raíces cristianas. Y las personas necesitan claridad y autenticidad. Resulta desconcertante que organizaciones políticas que dicen defender los valores de nuestra civilización sostengan postulados del progresismo, caso de la Agrupación Nacional francesa de Le Pen, que recientemente contribuyó con su voto a incluir el aborto como derecho en la Constitución de su país. Señala Horvat, que la agenda de la derecha debe seguir oponiéndose a la agenda neomarxista con un programa acorde con los principios y valores propios del orden cristiano sobre el que se edificó la Civilización Occidental. Debe ser auténtica y proponer con valentía sus principios.